Extraordinario descubrimiento; se trata de un lagarto del tamaño de un dragón, que se alimenta de frutas y vive en los árboles de la isla Luzón, en el norte de Filipinas, ha sido confirmado como una nueva especie.
Cazado por su sabrosa carne, el colorido lagarto puede crecer hasta más de 2 metros de largo, pero pesa sólo unos 10 kilogramos, dijo Rafe Brown de la Universidad de Kansas, cuyo equipo confirmó el hallazgo.
"Vive arriba en los árboles, por lo que puede no volverse tan grande como el dragón de Komodo, un animal enorme que come grandes cantidades de carne fresca", dijo: "Esta cosa come frutas y es sólo el tercer lagarto que se alimenta de fruta en el mundo", agregó.
Descubrir una especie vertebrada tan grande es increíblemente extraño, añadió.
El lagarto, una nueva especie del género Varanus, es asustadiza y se puede esconder de los humanos, sus principales depredadores, lo que podría explicar por qué permaneció sin ser detectada por los científicos por tanto tiempo.
Biólogos vieron por primera vez fotografías del gran lagarto en el 2001, cuando algunos científicos que se encontraban haciendo un catastro de la zona pasaron junto a cazadores que portaban las coloridas pieles, pero a ese punto la especie todavía no recibía una identificación.
En los años siguientes, indicó Brown, etnobiólogos escucharon historias "sobre estas dos especies de lagartos que a todos les gustaba comer porque su carne sabía mejor que la de los que vivían en el suelo; este animal era descrito como más grande y de colores más vivos".
Los dos tipos de lagartos descritos por la población local eran dos nombres para el mismo animal, comentó Brown.
En el 2009, estudiantes graduados al final de una expedición de dos meses continuaron viendo señales del gran lagarto. Había arañazos de garras en los árboles y grupos de árboles pandanus, cuya fruta es la predilecta del lagarto.
Las agrupaciones de árboles indican que los lagartos comieron la fruta del pandanus y luego excretaron las semillas en racimos.
Cazadores que habían escuchado del interés del grupo llevaron a un lagarto apenas con vida al campamento. El equipo sacrificó al animal y le realizó pruebas genéticas que confirmaron que era una especie única, dijo Brown. En la investigación también colaboraron científicos en Filipinas y Holanda.
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